miércoles, 15 de septiembre de 2010

Crestas y cumbres de pirineos 3000

La cadena Pirenaica contiene una gran cantidad de crestas y aristas. En la mayor parte de los casos unen varias cumbres, siguiendo los pliegues naturales del terreno.
Trepar, escalar, saltar de roca en roca como si fuéramos Sárrios, recorrer esas auténticas “tápias” de cientos de metros a ambos lados, es una forma de hacer Alpinismo que apasiona, es difícil de resistir la tentación de recorrerlas.
Terrenos que aunque pueden no ser de escalada pura, ya que sus largos no suelen ser muy mantenidos, si que nos encontraremos con muchos pasos de dificultad que únicamente superaremos si tenemos una buena técnica.
El “sexto sentido” montañero de la orientación, del saber encontrar el mejor itinerario en cada momento, de encontrarse“a gusto” entre gendarmes de roca y de dominar la situación, es más importante que tener un grado de escalada alto.
En la mayoría de estos recorridos, el nivel de dificultad técnica nos permite ir sin encordar, dejando la cuerda para los casos estríctamente necesarios. Cuando necesitemos ir atados a la cuerda, "en ensamble" o asegurando, los compañeros de cordada deberán estar bien compenetrados para llevar una marcha adecuada. El ir sin encordar aumenta, lógicamente, el grado de exposición. En este caso cada escalador, aunque tenga un compañero al lado, debe sentirse “solo” en cada momento, ajustando su nivel de concentración a esta situación. Encontrarse a gusto con esta situación, siendo consciente del riesgo asumido, forma parte del “sexto sentido” montañero al que antes hacía referencia.
El recorrido de crestas Pirenaicas es, en si mismo, el encadenamiento de Tresmiles. La inmensa mayoría de estos pueden hacerse de esta forma. Siempre podemos plantear, en cada caso, varios recorridos diferentes en un sentido u otro, o encadenando varias crestas, eso ya depende de cada uno.